Ola que vi
La naturaleza es el tema central en mi propuesta, su principal referencia biográfica e iconográfica. Viví gran parte de mi vida en el campo; en un íntimo contacto con la tierra, el polvo, la luz, el agua; la naturaleza fue mi guarida y mi planeta, en ella encontré cobijo y deleite además de conocer las operaciones y funcionamientos que han marcado la manera en que trabajo. La pérdida de mi madre también ha sido un evento influyente en mi obra, a partir del cual he buscado comprender y representar pequeños fenómenos naturales (en que cada evento tiene su razón de ser) como una metáfora; un ejercicio de aceptación frente a las pérdidas y vicisitudes que como humanos vivimos.
Realizadas en gres cerámico, en estas obras mi principal interés es el movimiento del agua, la cual está sometida a leyes físicas que ordenan su comportamiento y de las cuales no puede escapar, obedece siempre a los mismos patrones y se mueve de la misma manera si es sometida a fuerzas similares.
La plasticidad de la arcilla negra me permite libertad de manejo y su naturaleza subterránea se filtra en el trabajo. El engobe blanco mantiene su cualidad opaca y mate que al fusionarse con el gres acentúa las hendiduras del dibujo que resulta de la observación del movimiento del agua, y, se transformará al modelarlo, en una imagen volumétrica y misteriosa de la que se diría tiene muchos años, como si fuera un fósil (fosilis: excavado), un objeto arqueológico o un signo agorero.
Contrastar la materialidad y lo representado es un asunto central en mi intento para dar cuerpo a lo incorpóreo, para ello trabajo el gres de manera de evidenciar su solidez, gran densidad y fuerza, características que se oponen cualitativamente a las del agua: liviana, transparente, suave y escurridiza.
Al comenzar un nuevo proyecto escribo y dibujo en un cuaderno hasta que tome forma una idea “madre”. Me acerco a ella desde diferentes perspectivas intentando conquistarla. Cada una de estas aproximaciones corresponderán a lenguajes nuevos que estimulan la investigación y, a su vez, la torpeza de principiante se evidencia dando una cualidad fresca a las piezas, apareciendo como hechas de aire.
La etapa del montaje actúa como un catalizador, haciendo posible el despliegue del proceso creativo que se ha llevado a cabo en el taller, obligando a definir y a tomar decisiones de toda índole con la intención de cautivar al espectador, mostrando nuevas maneras de ver lo que ya conoce; elevar su experiencia de la naturaleza, en este caso del agua y llevarlo a un territorio más subjetivo y misterioso, conectándolo con sus propios recuerdos y miradas, resignificándolas.
En este grupo de obras, la pregunta por el devenir es central. Constatando, quizás, qué si es que perdura algo, lo hará bajo estas mismas leyes de movimiento y al mismo tiempo observando que es en la naturaleza donde hallamos la esperanza necesaria para sobrellevar estos momentos imposibles y extremos que vivimos, dándonos la posibilidad de mirar desde perspectivas más poéticas.
Siempre
Para dormir,
Agua que regresas
Agosto, 2020
Lluvia sobre el mar
2022, Galería 314
2023, TIM
2023, Sala Gasco